domingo, 8 de marzo de 2009

esclavo de la mente

El enorme valor de desaprender
"... había dicho: "No es el otro quien te trastorna, eres tú mismo." Ahora, en "Sádhama II", afinaba algo más todavía: "No eres tú quien te trastorna a ti mismo, sino tu cerebro programado." Es decir, que no soy yo mismo conscientemente quien estoy buscando excusas y echándole la culpa a los demás de lo que sufro, sino que es el modelo que llevo en la mente, heredado y modelado y encajado por historia y tradición, el que me hace pensar así. Me han enseñado que si no consigo éxito, debo dolerme; que si no me aman, debo desesperarme; que si se muere un amigo mío, debo quedar hecho polvo; y yo me duelo y me desespero y me quedo hecho polvo debidamente, e inclino mi sufrida cabeza bajo la carga de penas sucesivas, como he aprendido a hacer y estoy convencido que es mi deber hacer.
No hay tal deber. Sólo hay una estructura prefabricada, sólidamente encajada en mi cerebro, que me fuerza a dolerme y desesperame y quedar hecho polvo en ciertas ocasiones, así como a regocijarme y entusiasmarme en otras de manera totalmente arbitaria. Esa estructura es la que determina mi felicidad o mi desesperación. Soy esclavo de mi condicionamiento mental".
(libro "Ligero de equipaje - Tony de Mello un profeta para nuestro tiempo" de Carlos G. Vallés S.J.

El programa y los grupos de A.A. sirven para desaprender. Nada nuevo va a "surgir" en mí, mientrás siga reaccionando en base a mis condicionamientos mentales. Desaprender tal vez sea más importante que aprender. En el párrafo anterior el Padre Tony de Mello lo explica en una parte de su cursillo Sádhama II de manera simple y contundente.

No hay comentarios: