jueves, 3 de julio de 2008

3ra. Fase del alcoholismo

c) Fase básica o decisiva (III)

Al evolucionar la enfermedad, ocurren cambios en la vida familiar; la esposa e hijos que tal vez desarrollaban bastantes actividades sociales se apartan de las mismas temiendo un rechazo; por el contrario si eran partidarios de permanecer en el hogar comienzan a salir huyendo del ambiente depresivo. Todo esto trae como consecuencia el resentimiento del alcohólico hacia sus familiares, a quienes hace responsable de su desgracia.

La mayoría de las veces la familia no alcanza a comprender el porque de la conducta alterada del enfermo, lo que origina una actitud agresiva hacia el mismo. Éste siente y teme el rechazo, aumentando aún más sus tensiones y la necesidad de refugiarse en el alcohol para aliviar sus dificultades.

La tremenda importancia que ahora tiene el alcohol en la vida del enfermo lo induce a acumular y proteger una abundante cantidad de bebidas alcohólicas. El enfermo esconde sus bebidas, en los lugares más inverosímiles; esto es una evidencia más del temor que tiene a que la sociedad lo despoje de lo único que hace posible su vida.

Las alteraciones de la nutrición que acompañan a la enfermedad agravan la acción del tóxico y frecuentemente el bebedor es internado por primera vez por complicaciones alcohólicas.

La organopatía más frecuente en esta etapa es la decadencia de la potencia sexual, lo que trae como consecuencia un aumento de su resentimiento hacia la esposa y origina el fenómeno de los celos alcohólicos.

No pudiendo soportar las tensiones emocionales y trastornos físicos, que generalmente experimenta desde el despertar, el enfermo comienza a beber desde la mañana o desde el momento que le es posible hacerlo. Ya a esta altura, está convencido de que no puede comenzar el día sin beber una o dos copas antes de levantarse, y aún antes de vestirse; la copa matutina se hace rutinaria, esta conducta marca el final de la fase básica y anuncia la iniciación de la fase crónica.

Durante la fase decisiva el enfermo aún lucha contra la pérdida completa de sus relaciones con la sociedad; sobre todo realiza un gran esfuerzo por evitar la intoxicación en horas laborables y si es vencido por el alcohol, a veces concurre a trabajar aún embriagado.

Al progresar la enfermedad, el beber en forma continua desde una hora temprana se hace persistente; el paciente es completamente dominado por la dependencia alcohólica; se inicia la fase crónica.

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