"Tanta sustancia de A.A. en tan pocas palabras"
Para los A.A. de todas partes, la querida Oración de la serenidad es un mantra para toda ocasión imaginable; una brisa refrescante en una cara enrojecida por la ira, una corta canción de gratitud por buenas noticias, una guía consoladora ante las malas noticias, la seguridad reconfortante de que el mundo se va desenvolviendo como debe ser.
Bill W. co-fundador de Alcohólicos Anónimos, dijo: "Nunca habíamos visto tanta sustancia de A.A. en tan pocas palabras." En el libro Alcohólicos Anónimos llega a su mayoría de edad Bill cuenta que a principios de 1942, Ruth Hock, no-alcohólica, la primera secretaría nacional de A.A., enseñó a él y a otros que se encontraban en la abarrotada pequeña oficina de Nueva York un obituario que apareció en el Herald Tribune de Nueva York que terminaba con estas palabras:
Dios concédeme la serenidad para aceptar
las cosas que no podemos cambiar
el valor para cambiar las cosas que podemos
y la sabiduría para reconocer la diferencia.
Alguien sugirió que se imprimieran las cuatro líneas en una tarjeta pequeña tamaño billetera, para incluir en la correspondencia que se enviara de la oficina, y así la Oración de la Serenidad empezó a hacerse una parte integrante de la vida de A.A. Desde aquel entonces, ha sido traducida a los muchos idiomas que hablan los A.A. de todo el mundo y se reza en voz alta en las reuniones y silenciosamente en sus corazones. Por más de medio siglo la oración ha venido entretejiéndose tan íntimamente en la filosofía de A.A. que les resulta difícil a los miembros recordar que no se originó en la experiencia de A.A.
No obstante, a pesar de años de investigaciones por parte de historiadores y numerosas conjeturas por parte de aficionados, el origen exacto de la Oración de la Serenidad sigue siendo un misterio. Lo que parece indiscutible es la reclamación de ser el autor hecha por el teólogo Dr. Reinhold Niebuhr, que en una entrevista dijo que había escrito la oración como nota final de un sermón acerca de cristianismo práctico. Pero incluso el Dr. Niebuhr admitió cierta duda al agregar "por supuesto puede que haya estado muchos años, incluso siglos, apareciendo aquí y allá, pero no lo creo. Creo sinceramente que yo mismo la escribí." Con su permiso, durante la Segunda Guerra Mundial la oración se imprimió en tarjetas para ser distribuidas por la USO a los soldados. Para aquel entonces ya había sido reimpreso por el Consejo Nacional de Iglesias así como por Alcohólicos Anónimos.
Al sugerir que la oración podría haber estado apareciendo aquí y allá durante siglos, parece que el Dr. Niebuhr estaba en lo cierto. "Nadie puede decir con seguridad quien fue el primero en escribir la Oración de la Serenidad", dijo Bill W.: "Algunos dicen que vino de los antiguos griegos, algunos creen que salió de la pluma de algún poeta inglés anónimo, y otros afirman que fue escrita por un oficial de marina americano..." Otros han atribuido su origen a antiguos textos sánscritos y a los distinguidos filósofos Aristóteles, San Agustín, Santo Tomás de Aquino y Espinosa. Un compañero de A.A. encontró entre "Los seis errores del ser humano" escrito por el escritor romano Cicerón, lo siguiente: "la tendencia a preocuparse por cosas que no pueden ser cambiadas o corregidas."
De hecho, nadie ha encontrado el texto de la oración entre los escritos de estas supuestas fuentes originales. Lo que probablemente son muy antiguos, como la cita anterior de Cicerón, son los temas de aceptación, valor para cambiar lo que puede cambiarse y la disposición para desprenderse de lo que está fuera de nuestra capacidad para cambiar. Con toda certeza, la búsqueda del origen de la oración ha sido como pelar una cebolla, y a veces es necesario volver a empezar desde el principio. Por ejemplo, en julio de 1964, el Grapevine recibió un recorte de un artículo publicado en el Herald Tribune de París en el que el corresponsal informó haber visto en Koblenz, Alemania, una placa grabada con las siguientes palabras: "Dios concédeme el desprendimiento para aceptar las cosas que no puedo alterar; el valor para alterar las cosas que puedo alterar; y la sabiduría para distinguir una cosa de la otra."
Por fin aquí parecía haber una prueba concreta, con cita, autor, fecha, del origen de la Oración de la Serenidad. Pero, no. Quince años más tarde, en 1979, Peter T., de Berlín, dijo a Beth K., miembro del personal de OSG en aquel entonces, que en su primera forma la oración tuvo su origen en el filósofo romano Boecio (480-e524), autor de Los consuelos de la filosofía.
Hay, aun otras reclamaciones y sin e duda continuarán los descubrimientos en años venideros. Mientras tanto, una idea compartida por muchos es que la Oración de la Serenidad, sea cual sea su origen, antiguo o moderno, parece haber surgido de una percepción humana fundamental y de una sabiduría nacida del sufrimiento. Aparte del Padrenuestro y la Oración de San Francisco de Asís, no hay otras palabras o conceptos, a la vez prácticos y espirituales, que tantos miembros de Alcohólicos Anónimos han llevado grabados en sus mentes y sus corazones en su viaje de sobriedad hacia una nueva forma de vivir.
Bill W. se refirió a este fenómeno hace años. Al agradecer a un amigo A.A. por la placa en la que estaba escrita la oración, dijo: "En la creación de A.A., la Oración de la Serenidad ha sido un bloque de construcción muy valioso, realmente una piedra angular."
Y hablando de piedras angulares, misterios y coincidencias, un tramo de la calle 120 de Manhattan, que bordea el edificio donde se aloja la OSG, entre las calles Riverside y Broadway, se conoce por el nombre de Reinhold Niebuhr Place.
Reimpreso del Box 459 - Noticias de la Oficina de Servicios Generales de Alcohólicos Anónimos - Vol. 36, Nº 6 / Edición Navideña - 2003; con el permiso de A.A. World Service, Inc.
miércoles, 25 de febrero de 2009
lunes, 23 de febrero de 2009
mente abierta
Una actitud indispensable para la recuperación
"Mente abierta" es una frase muy escuchada en los grupos A.A. Para ponerla en práctica debemos abandonar una gran parte de nuestras ideas preconcebidas sobre nosotros, sobre los demás y sobre la vida. "Mente abierta es todo lo que necesitas" se ha escuchado una y otra vez a lo largo de toda la historia de Alcohólicos Anónimos. Pretender una experiencia espiritual como la que propone A.A. a través de sus 12 Pasos, sin estar dispuesto a deponer viejas estructuras y creencias mentales, hará muy difícil un auténtico cambio de actitud sobre la vida, sobre Dios y sobre nuestra relación con el alcohol.
En el budismo zen, los practicantes intentan alcanzar un estado llamado "mente vacía". Sobre esta cuestión hay una historia de un maestro y su discípulo, en la que este último está bastante satisfecho de sí mismo, de todo lo que aprendió y de sus "cambios de actitud". El maestro lo invita a tomar té y le llena la taza hasta que la bebida comienza a desbordar. Consternado, el discípulo le grita: "Cuidado maestro, ¡la taza ya está llena!" A lo cual el maestro responde: "¿Cómo puedo enseñarte algo si tu mente también está llena?"
"Mente abierta" es una frase muy escuchada en los grupos A.A. Para ponerla en práctica debemos abandonar una gran parte de nuestras ideas preconcebidas sobre nosotros, sobre los demás y sobre la vida. "Mente abierta es todo lo que necesitas" se ha escuchado una y otra vez a lo largo de toda la historia de Alcohólicos Anónimos. Pretender una experiencia espiritual como la que propone A.A. a través de sus 12 Pasos, sin estar dispuesto a deponer viejas estructuras y creencias mentales, hará muy difícil un auténtico cambio de actitud sobre la vida, sobre Dios y sobre nuestra relación con el alcohol.
En el budismo zen, los practicantes intentan alcanzar un estado llamado "mente vacía". Sobre esta cuestión hay una historia de un maestro y su discípulo, en la que este último está bastante satisfecho de sí mismo, de todo lo que aprendió y de sus "cambios de actitud". El maestro lo invita a tomar té y le llena la taza hasta que la bebida comienza a desbordar. Consternado, el discípulo le grita: "Cuidado maestro, ¡la taza ya está llena!" A lo cual el maestro responde: "¿Cómo puedo enseñarte algo si tu mente también está llena?"
jueves, 8 de enero de 2009
consumo de alcohol
Advertencia sobre el peligro de beber excesivamente.
Lo que sigue me fue enviado vía e-mail, hace unos días. Quiero compartirlo con ustedes.
En los paquetes de cigarrillos se ven obligados a advertir a los consumidores sobre lo perjudicial que es fumar para la salud. El gobierno está considerando emitir una ley que advierta a los consumidores los riesgos de beber excesivamente con leyendas como las siguientes:
ADVERTENCIA:
El exceso en el consumo de alcohol es la causa principal de bailar como descerebrado, y con una estúpida sonrisa en la cara.
ADVERTENCIA:
El exceso en el consumo de alcohol puede causar que diga la misma historia aburrida una y otra vez hasta que sus amigos quieran garrotearlo como a víbora.
ADVERTENCIA:
Beber con exceso puede llevarlo a pensar que sus ex novias, y/o ex esposa, están realmente desesperadas y deseosas que las llame por teléfono a las cuatro de la mañana.
ADVERTENCIA:
El exceso en el consumo de alcohol puede hacerlo pensar que está hablando en voz baja cuando en realidad está gritando y gesticulando como un imbécil.
ADVERTENCIA:
El exceso en el consumo de alcohol puede llevarlo a no saber (ni darse cuenta) con qué cuernos se embarró su pantalón.
ADVERTENCIA:
Beber alcohol excesivamente puede hacerle creer que es experto en karate o kung fu, con graves consecuencias para su integridad física.
ADVERTENCIA:
El exceso en el consumo de alcohol puede causar que por la mañana mire al otro lado de su cama y vea algo escalofriante (cuyo nombre, sexo, y/o especie no puede recordar).
ADVERTENCIA:
Consumir alcohol excesivamente puede llevarlo a pensar que es invisible o que puede traspasar paredes.
ADVERTENCIA:
El exceso en el consumo de alcohol SI PUEDE REALMENTE PROVOCAR EMBARAZO.
ADVERTENCIA:
El exceso en el consumo de alcohol puede hacerte creer que conduces mejor que Juan Manuel Fangio y que la pedorra avenida de tu pueblo, es el circuito de Nuremberg.
Lo que sigue me fue enviado vía e-mail, hace unos días. Quiero compartirlo con ustedes.
En los paquetes de cigarrillos se ven obligados a advertir a los consumidores sobre lo perjudicial que es fumar para la salud. El gobierno está considerando emitir una ley que advierta a los consumidores los riesgos de beber excesivamente con leyendas como las siguientes:
ADVERTENCIA:
El exceso en el consumo de alcohol es la causa principal de bailar como descerebrado, y con una estúpida sonrisa en la cara.
ADVERTENCIA:
El exceso en el consumo de alcohol puede causar que diga la misma historia aburrida una y otra vez hasta que sus amigos quieran garrotearlo como a víbora.
ADVERTENCIA:
Beber con exceso puede llevarlo a pensar que sus ex novias, y/o ex esposa, están realmente desesperadas y deseosas que las llame por teléfono a las cuatro de la mañana.
ADVERTENCIA:
El exceso en el consumo de alcohol puede hacerlo pensar que está hablando en voz baja cuando en realidad está gritando y gesticulando como un imbécil.
ADVERTENCIA:
El exceso en el consumo de alcohol puede llevarlo a no saber (ni darse cuenta) con qué cuernos se embarró su pantalón.
ADVERTENCIA:
Beber alcohol excesivamente puede hacerle creer que es experto en karate o kung fu, con graves consecuencias para su integridad física.
ADVERTENCIA:
El exceso en el consumo de alcohol puede causar que por la mañana mire al otro lado de su cama y vea algo escalofriante (cuyo nombre, sexo, y/o especie no puede recordar).
ADVERTENCIA:
Consumir alcohol excesivamente puede llevarlo a pensar que es invisible o que puede traspasar paredes.
ADVERTENCIA:
El exceso en el consumo de alcohol SI PUEDE REALMENTE PROVOCAR EMBARAZO.
ADVERTENCIA:
El exceso en el consumo de alcohol puede hacerte creer que conduces mejor que Juan Manuel Fangio y que la pedorra avenida de tu pueblo, es el circuito de Nuremberg.
lunes, 29 de diciembre de 2008
un toque de serenidad
Haz lo opuesto
No se trata de llevar la contra a nadie, sino de complementar tu día ying con una dosis de yang (o al revés). Por ejemplo: Si estás todo el día encerrado, sal un rato al aire libre. Si trabajas en un lugar donde hay mucha gente busca unos minutos de soledad. Si permaneces mucho tiempo sentado lavántate y camina unos minutos.
"El cambio siempre llega con regalos bajo el brazo."
PRICE PRITCHETT
Relativiza tu vida
Buena parte del estrés que padecemos se debe a la tremenda importancia que otorgamos a lo que nos sucede, como si no hubiese otros problemas en este mundo. Piensa en las personas que padecen más que tú y la situación adquirirá una nueva perspectiva.
"No envidiemos a los que están situados por encima de nosotros; las cosas que parecían más excelsas se derrumbaron."
SENECA
No se trata de llevar la contra a nadie, sino de complementar tu día ying con una dosis de yang (o al revés). Por ejemplo: Si estás todo el día encerrado, sal un rato al aire libre. Si trabajas en un lugar donde hay mucha gente busca unos minutos de soledad. Si permaneces mucho tiempo sentado lavántate y camina unos minutos.
"El cambio siempre llega con regalos bajo el brazo."
PRICE PRITCHETT
Relativiza tu vida
Buena parte del estrés que padecemos se debe a la tremenda importancia que otorgamos a lo que nos sucede, como si no hubiese otros problemas en este mundo. Piensa en las personas que padecen más que tú y la situación adquirirá una nueva perspectiva.
"No envidiemos a los que están situados por encima de nosotros; las cosas que parecían más excelsas se derrumbaron."
SENECA
jueves, 11 de diciembre de 2008
el perdon - segunda parte
Sanar las heridas emocionales
Perdonar no tiene nada que ver con aceptar el hecho perverso que nos hirió, ni ponernos a tiro de ser nuevamente lastimados. Sólo se trata de desvincularnos de manera genuina de nuestras heridas emocionales. Perdonando en silencio, intimamente, sin esperar que nadie lo comprenda. Perdonando no le hacemos un favor a quienes nos humillaron... los grandes beneficiados somos nosotros.
Perdonar nos permite soltar las heridas del pasado que nos provocan sufrimiento hoy. Perdonar significa contactarnos con nuestro auténtico Poder interior. Perdonando recomponemos nuestro cuerpo y suavizamos nuestros pensamientos y carácter.
Por supuesto que nuestro ego se resistirá una y otra vez mostrándonos al perdón como una señal de debilidad y una de las acciones menos atractivas de encarar. Pretender perdonar desde la mente es prácticamente imposible. La mente es territorio del ego. Abrirnos sinceramente a la posibilidad de perdonar nos contactará con nuestro corazón, que sí sabe perdonar.
El perdón de "boquilla", no tiene sentido. Es autoengañarse y casi siempre lo único que nos aporta es la auto decepción al darnos cuenta que el rencor sigue intacto aunque maquillado; tal vez por que sólo cumplimos con un acuerdo social, familiar o religioso.
Perdonar no significa que nos someteremos nuevamente al desequilibrio emocional de quien nos lastimó. Tampoco implica correr a abrazarlo. Si esta expresión de amor surge de manera natural, bienvenida sea. Si hay un sentimento genuino hacia esa persona, la relación crecerá. Si lo único que nos unía era nuestro rencor, el perdón nos liberará y continuaremos con nuestro camino con menos carga. Perdonar significa poder observar nuestros vínculos y relaciones con mayor claridad.
Cuando por orgullo nos negamos la posibilidad de perdonar, otorgamos poder sobre nuestras vidas a los demás mediante el rencor y el resentimiento.
Y para terminar ¿cómo hacerlo? Creo que una sincera y entera disposición a perdonar es suficiente. Nuestro Poder interior se encargará de guiarnos hacia nuestro objetivo.
Seguir obstinadamente aferrándonos a nuestros rencores y deseos de vengaza no tiene sentido. Parece ser que el amor es siempre la respuesta. Y uno de los caminos que conduce al amor es el perdón.
"A perdonar sólo se aprende en la vida cuando a nuestra vez hemos necesitado que nos perdonen mucho."
Jacinto Benavente
"Ellos son el primer motivo de todos tus problemas, son la principal causa de errores y fracasos, son como un cáncer que te corroe el alma. Perdona."
Nelson Tobon
Perdonar no tiene nada que ver con aceptar el hecho perverso que nos hirió, ni ponernos a tiro de ser nuevamente lastimados. Sólo se trata de desvincularnos de manera genuina de nuestras heridas emocionales. Perdonando en silencio, intimamente, sin esperar que nadie lo comprenda. Perdonando no le hacemos un favor a quienes nos humillaron... los grandes beneficiados somos nosotros.
Perdonar nos permite soltar las heridas del pasado que nos provocan sufrimiento hoy. Perdonar significa contactarnos con nuestro auténtico Poder interior. Perdonando recomponemos nuestro cuerpo y suavizamos nuestros pensamientos y carácter.
Por supuesto que nuestro ego se resistirá una y otra vez mostrándonos al perdón como una señal de debilidad y una de las acciones menos atractivas de encarar. Pretender perdonar desde la mente es prácticamente imposible. La mente es territorio del ego. Abrirnos sinceramente a la posibilidad de perdonar nos contactará con nuestro corazón, que sí sabe perdonar.
El perdón de "boquilla", no tiene sentido. Es autoengañarse y casi siempre lo único que nos aporta es la auto decepción al darnos cuenta que el rencor sigue intacto aunque maquillado; tal vez por que sólo cumplimos con un acuerdo social, familiar o religioso.
Perdonar no significa que nos someteremos nuevamente al desequilibrio emocional de quien nos lastimó. Tampoco implica correr a abrazarlo. Si esta expresión de amor surge de manera natural, bienvenida sea. Si hay un sentimento genuino hacia esa persona, la relación crecerá. Si lo único que nos unía era nuestro rencor, el perdón nos liberará y continuaremos con nuestro camino con menos carga. Perdonar significa poder observar nuestros vínculos y relaciones con mayor claridad.
Cuando por orgullo nos negamos la posibilidad de perdonar, otorgamos poder sobre nuestras vidas a los demás mediante el rencor y el resentimiento.
Y para terminar ¿cómo hacerlo? Creo que una sincera y entera disposición a perdonar es suficiente. Nuestro Poder interior se encargará de guiarnos hacia nuestro objetivo.
Seguir obstinadamente aferrándonos a nuestros rencores y deseos de vengaza no tiene sentido. Parece ser que el amor es siempre la respuesta. Y uno de los caminos que conduce al amor es el perdón.
"A perdonar sólo se aprende en la vida cuando a nuestra vez hemos necesitado que nos perdonen mucho."
Jacinto Benavente
"Ellos son el primer motivo de todos tus problemas, son la principal causa de errores y fracasos, son como un cáncer que te corroe el alma. Perdona."
Nelson Tobon
miércoles, 26 de noviembre de 2008
sobre el perdon - primera parte
Primer obstáculo o el que no perdona se jode.
Casi todos, en mayor o menor medida, hemos atravesado situaciones en las que alguien nos ha lastimado. Algunos de estos daños pueden ser reales o imaginarios, pero en realidad eso mucho no importa. Las dos posibilidades ocasionan estragos en nuestras vidas. El rencor se apodera de nosotros. Los buenos momentos se degradan con solo recordar algún hecho o persona del pasado: ¡Hijo de puta, cómo pudiste hacerme eso!
En algunos casos nos negamos la posibilidad de perdonar, sin darnos cuenta que los grandes perjudicados somos nosotros.
Innumerables veces podemos perder la calma y la compostura con solo recordar una persona o situación. Nos cambia el humor y la cara cuando nos cruzamos en la calle con alguien que nos hirió hace muchísimo tiempo. Perdemos el sueño, las ganas de comer y la sonrisa. Muchos de nosotros recorremos hechos pasados, momentos en los que nos sentimos heridos y regresamos al presente enojados, llenos de ira, muchas veces con la triste posibilidad de trasladar ese mal-estar, y descargarnos con alguien que no tiene nada que ver con esa añeja situación. Algunos de nosotros deambulamos por la vida en una eterna y lastimosa procesión de quejas y deseos de venganza. Resistirnos a perdonar nos va consumiendo poco a poco. Se alimenta básicamente de nuestra alegría y tranquilidad. Por otra parte revolcarnos en el daño que nos causaron los demás nos impide reconocer nuestras propias faltas.
Podemos leer en el libro 12/12:
"No obstante, estos obstáculos son sin duda realidades. El primero, y uno de los más difíciles de superar, tiene que ver con el perdón. En cuanto empezamos a pensar en una relación rota o retorcida con otra persona, nos ponemos emocionalmente a la defensiva. Para evitar mirar los daños que hemos causado a otra persona, nos enfocamos con resentimiento en el mal que nos ha hecho. Nos resulta aun más fácil hacerlo si, en realidad, esta persona no siempre se ha comportado bien. Triunfantes, nos aferramos a su mala conducta, convirtiéndola en el pretexto ideal para minimizar o ignorar nuestra propia mala conducta.
En este preciso instante tenemos que echar el freno. No tiene mucho sentido que seamos nosotros quienes tiremos la primera piedra. Recordemos que los alcohólicos no son los únicos aquejados de emociones enfermas. Además, por lo general, es un hecho innegable que nuestro comportamiento cuando bebíamos ha agravado los defectos de otras personas. Repetidamente hemos agotado la paciencia de nuestros más íntimos amigos, y hemos despertado lo peor en aquellos que nunca nos tenían en muy alta estima. En muchos casos, estamos en realidad tratando con compañeros de sufrimiento, gente cuyos dolores hemos aumentado. Si ahora nos encontramos a punto de pedir el perdón para nosotros mismos, ¿por qué no empezar perdonándolos a todos ellos?"
(Libro 12 Pasos 12 Tradiciones - Página 76 - Octavo Paso)
Casi todos, en mayor o menor medida, hemos atravesado situaciones en las que alguien nos ha lastimado. Algunos de estos daños pueden ser reales o imaginarios, pero en realidad eso mucho no importa. Las dos posibilidades ocasionan estragos en nuestras vidas. El rencor se apodera de nosotros. Los buenos momentos se degradan con solo recordar algún hecho o persona del pasado: ¡Hijo de puta, cómo pudiste hacerme eso!
En algunos casos nos negamos la posibilidad de perdonar, sin darnos cuenta que los grandes perjudicados somos nosotros.
Innumerables veces podemos perder la calma y la compostura con solo recordar una persona o situación. Nos cambia el humor y la cara cuando nos cruzamos en la calle con alguien que nos hirió hace muchísimo tiempo. Perdemos el sueño, las ganas de comer y la sonrisa. Muchos de nosotros recorremos hechos pasados, momentos en los que nos sentimos heridos y regresamos al presente enojados, llenos de ira, muchas veces con la triste posibilidad de trasladar ese mal-estar, y descargarnos con alguien que no tiene nada que ver con esa añeja situación. Algunos de nosotros deambulamos por la vida en una eterna y lastimosa procesión de quejas y deseos de venganza. Resistirnos a perdonar nos va consumiendo poco a poco. Se alimenta básicamente de nuestra alegría y tranquilidad. Por otra parte revolcarnos en el daño que nos causaron los demás nos impide reconocer nuestras propias faltas.
Podemos leer en el libro 12/12:
"No obstante, estos obstáculos son sin duda realidades. El primero, y uno de los más difíciles de superar, tiene que ver con el perdón. En cuanto empezamos a pensar en una relación rota o retorcida con otra persona, nos ponemos emocionalmente a la defensiva. Para evitar mirar los daños que hemos causado a otra persona, nos enfocamos con resentimiento en el mal que nos ha hecho. Nos resulta aun más fácil hacerlo si, en realidad, esta persona no siempre se ha comportado bien. Triunfantes, nos aferramos a su mala conducta, convirtiéndola en el pretexto ideal para minimizar o ignorar nuestra propia mala conducta.
En este preciso instante tenemos que echar el freno. No tiene mucho sentido que seamos nosotros quienes tiremos la primera piedra. Recordemos que los alcohólicos no son los únicos aquejados de emociones enfermas. Además, por lo general, es un hecho innegable que nuestro comportamiento cuando bebíamos ha agravado los defectos de otras personas. Repetidamente hemos agotado la paciencia de nuestros más íntimos amigos, y hemos despertado lo peor en aquellos que nunca nos tenían en muy alta estima. En muchos casos, estamos en realidad tratando con compañeros de sufrimiento, gente cuyos dolores hemos aumentado. Si ahora nos encontramos a punto de pedir el perdón para nosotros mismos, ¿por qué no empezar perdonándolos a todos ellos?"
(Libro 12 Pasos 12 Tradiciones - Página 76 - Octavo Paso)
lunes, 24 de noviembre de 2008
octavo paso
Una aventura fascinante: aprender a vivir con los demás.
Octavo Paso A.A.: "Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar el daño que les causamos".
El Octavo Paso, así como el Noveno se enfocan en las relaciones personales. Una vez que dimos una mirada a nuestro pasado, mediante el Cuarto Paso y nos dimos cuenta dónde y cómo hicimos daño. "... hacemos un enérgico esfuerzo para reparar el daño que hemos causado", para desde ahí en más, tratar de tener mejores relaciones con los demás.
Podemos leer en el libro 12/12: ¡Menuda tarea! Tal vez la podemos hacer con creciente destreza, sin jamás acabarla. Aprender a vivir con un máximo de paz, cooperación y compañerismo con todo hombre y mujer, sean quienes sean, es una aventura conmovedora y fascinante. Cada miembro de A.A. se ha dado cuenta de que no puede hacer casi ningún progreso en esta aventura hasta que no se vuelva atrás para repasar, minuciosa y despiadadamente, los desechos humanos que ha dejado en su trayectoria. Hasta cierto grado, ya lo ha hecho al hacer su inventario moral, pero ahora ha llegado el momento de redoblar sus esfuerzos para ver a cuántas personas ha lastimado y de qué manera. El volver a abrir estas heridas emocionales, algunas viejas, otras tal vez olvidadas, y otras más todavía supurando dolorosamente, podrá parecernos al principio una intervención quirúrgica innecesaria e inútil. Pero si se comienza con buena voluntad, las grandes ventajas de hacerlo se manifiestan con tal rapidez que el dolor se irá atenuando conforme se vaya desvaneciendo un obstáculo tras otro". (12 Pasos 12 Tradiciones; pags. 75-76; Octavo Paso).
Personalmente este Paso fue un fuerte obstáculo. Montones de justificaciones y negaciones acudían a mi mente para rechazar una y otra vez la dupla del Octavo y Noveno Paso. Mi orgullo y mi temor comenzaron a ceder, solamente cuando me abrí a la posibilidad de romper el aislamiento con mis semejantes. Mi pasado era un catálogo en blanco y negro de relaciones rotas y deterioradas, con un equipaje repleto de resentimientos, culpas, justificaciones y una muy devaluada visión de los demás. Todo esto con un resultado que crecía día a día: un marcado aislamiento de las demás personas. Hasta que al fin comencé a darme cuenta que el único perjudicado era yo. Mis resentimientos y mi culpa estaban presentes en todo momento, amargándome la vida. Desconfianza, mal humor, estallidos y desbordes emocionales contaminaban constantemente mis días. Y así poco a poco comenzó a crecer en mí la necesidad de hacerme responsable de mis historia y dejar de jugar a ser la eterna víctima. Recién ahí, no muy convencido por cierto, me dispuse a reparar los daños.
Octavo Paso A.A.: "Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos ofendido y estuvimos dispuestos a reparar el daño que les causamos".
El Octavo Paso, así como el Noveno se enfocan en las relaciones personales. Una vez que dimos una mirada a nuestro pasado, mediante el Cuarto Paso y nos dimos cuenta dónde y cómo hicimos daño. "... hacemos un enérgico esfuerzo para reparar el daño que hemos causado", para desde ahí en más, tratar de tener mejores relaciones con los demás.
Podemos leer en el libro 12/12: ¡Menuda tarea! Tal vez la podemos hacer con creciente destreza, sin jamás acabarla. Aprender a vivir con un máximo de paz, cooperación y compañerismo con todo hombre y mujer, sean quienes sean, es una aventura conmovedora y fascinante. Cada miembro de A.A. se ha dado cuenta de que no puede hacer casi ningún progreso en esta aventura hasta que no se vuelva atrás para repasar, minuciosa y despiadadamente, los desechos humanos que ha dejado en su trayectoria. Hasta cierto grado, ya lo ha hecho al hacer su inventario moral, pero ahora ha llegado el momento de redoblar sus esfuerzos para ver a cuántas personas ha lastimado y de qué manera. El volver a abrir estas heridas emocionales, algunas viejas, otras tal vez olvidadas, y otras más todavía supurando dolorosamente, podrá parecernos al principio una intervención quirúrgica innecesaria e inútil. Pero si se comienza con buena voluntad, las grandes ventajas de hacerlo se manifiestan con tal rapidez que el dolor se irá atenuando conforme se vaya desvaneciendo un obstáculo tras otro". (12 Pasos 12 Tradiciones; pags. 75-76; Octavo Paso).
Personalmente este Paso fue un fuerte obstáculo. Montones de justificaciones y negaciones acudían a mi mente para rechazar una y otra vez la dupla del Octavo y Noveno Paso. Mi orgullo y mi temor comenzaron a ceder, solamente cuando me abrí a la posibilidad de romper el aislamiento con mis semejantes. Mi pasado era un catálogo en blanco y negro de relaciones rotas y deterioradas, con un equipaje repleto de resentimientos, culpas, justificaciones y una muy devaluada visión de los demás. Todo esto con un resultado que crecía día a día: un marcado aislamiento de las demás personas. Hasta que al fin comencé a darme cuenta que el único perjudicado era yo. Mis resentimientos y mi culpa estaban presentes en todo momento, amargándome la vida. Desconfianza, mal humor, estallidos y desbordes emocionales contaminaban constantemente mis días. Y así poco a poco comenzó a crecer en mí la necesidad de hacerme responsable de mis historia y dejar de jugar a ser la eterna víctima. Recién ahí, no muy convencido por cierto, me dispuse a reparar los daños.
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