Elaborar un plan diario
Más que agobiarte por todo lo que te queda por hacer, organiza un plan diario (realista) con las tareas que necesitan una atención urgente. No olvides incluir en la orden del día un par de horas de ocio o descanso.
"SI TIENES PLANES PARA MAÑANA, TEN CUIDADO HOY"
Anónimo
Busca alternativas
Si estás en un apuro, no pierdas el tiempo y la energía, maldiciendo tu mala suerte. Piensa en positivo y elabora una lista de recursos o alternativas que puedas poner en práctica hoy mismo. Un camino a seguir es probablemente todo lo que necesitas.
"EN TODAS LAS COSAS HUMANAS, CUANDO SE EXAMINAN DE CERCA, SE DEMUESTRA QUE NO PUEDEN APARTARSE LOS OBSTACULOS SIN QUE DE ELLOS SURJAN OTROS"
Maquiavelo
martes, 21 de octubre de 2008
sábado, 18 de octubre de 2008
humildad: nuestra justa dimension
Verme reducido a mi justo tamaño y proporción...
En los post anteriores veíamos que Bill nos alertaba del orgullo espiritual y de la perfección imaginaria; además de mostrarnos como obstáculos para el progreso espiritual la rebeldía, la culpa y la soberbia. En el librito "Lo mejor de Bill", nos dice que la humildad es un punto intermedio entre esos picos emocionales, y describe a la humildad como un lugar sereno.
"Esta es la razón por la que considero la humildad para hoy como una postura intermedia segura, entre estos violentos extremos emocionales. Es un lugar tranquilo, donde puedo mantener suficiente equilibrio y una perspectiva suficientemente amplia como para dar el próximo paso en el camino claramente señalizado que nos lleva a los valores eternos".
Después usa su mejor definición de humildad, solamente para tenerla como guía y medida en sus inventarios, para de esta manera ser consciente del verdadero lugar que ocupa en el camino espiritual.
"Por ejemplo, estoy convencido de que debo tratar de formular la mejor definición de la humildad que yo pueda imaginar. Esta definición no tiene que ser consumadamente perfecta, sólo se me pide que lo intente. Imaginemos que elija la siguiente: "La humildad perfecta sería un estado de total liberación de mí mismo, una liberación de todas las pesadas exigencias que ahora me imponen mis defectos de carácter. La humildad perfecta sería una plena disposición, a toda hora y en todo lugar, a conocer y hacer la voluntad de Dios".
"Al meditar sobre esta visión, no debo sentirme descorazonado ante la certeza que nunca la alcanzaré, ni debo hincharme con la presunción, de que algún día poseeré todas sus virtudes".
"Lo único que debo hacer es contemplar esta imagen, y dejarla seguir creciendo y llenándome el corazón. Al haberlo hecho, puedo comparar el resultado con el de mi último inventario. De esta manera puedo formarme una idea sana y cuerda de dónde me encuentro en el Camino de la Humildad. Veo que apenas he comenzado mi viaje hacia Dios. Al verme reducido a mi justo tamaño y proporción, mi vanidad y engreída preocupación por mí mismo me parecen cosas de risa. Va creciendo la seguridad de que tengo un lugar en este camino; de que puedo seguir avanzando con una tranquilidad y una confianza cada vez más profundas. Vuelvo a ver que Dios es bueno; a saber que no he de temer a ningún mal. Este es un gran don, esta certeza de que tengo un destino". (del libro "Lo mejor de Bill", Humildad: La humildad para hoy - Junio de 1961).
En los post anteriores veíamos que Bill nos alertaba del orgullo espiritual y de la perfección imaginaria; además de mostrarnos como obstáculos para el progreso espiritual la rebeldía, la culpa y la soberbia. En el librito "Lo mejor de Bill", nos dice que la humildad es un punto intermedio entre esos picos emocionales, y describe a la humildad como un lugar sereno.
"Esta es la razón por la que considero la humildad para hoy como una postura intermedia segura, entre estos violentos extremos emocionales. Es un lugar tranquilo, donde puedo mantener suficiente equilibrio y una perspectiva suficientemente amplia como para dar el próximo paso en el camino claramente señalizado que nos lleva a los valores eternos".
Después usa su mejor definición de humildad, solamente para tenerla como guía y medida en sus inventarios, para de esta manera ser consciente del verdadero lugar que ocupa en el camino espiritual.
"Por ejemplo, estoy convencido de que debo tratar de formular la mejor definición de la humildad que yo pueda imaginar. Esta definición no tiene que ser consumadamente perfecta, sólo se me pide que lo intente. Imaginemos que elija la siguiente: "La humildad perfecta sería un estado de total liberación de mí mismo, una liberación de todas las pesadas exigencias que ahora me imponen mis defectos de carácter. La humildad perfecta sería una plena disposición, a toda hora y en todo lugar, a conocer y hacer la voluntad de Dios".
"Al meditar sobre esta visión, no debo sentirme descorazonado ante la certeza que nunca la alcanzaré, ni debo hincharme con la presunción, de que algún día poseeré todas sus virtudes".
"Lo único que debo hacer es contemplar esta imagen, y dejarla seguir creciendo y llenándome el corazón. Al haberlo hecho, puedo comparar el resultado con el de mi último inventario. De esta manera puedo formarme una idea sana y cuerda de dónde me encuentro en el Camino de la Humildad. Veo que apenas he comenzado mi viaje hacia Dios. Al verme reducido a mi justo tamaño y proporción, mi vanidad y engreída preocupación por mí mismo me parecen cosas de risa. Va creciendo la seguridad de que tengo un lugar en este camino; de que puedo seguir avanzando con una tranquilidad y una confianza cada vez más profundas. Vuelvo a ver que Dios es bueno; a saber que no he de temer a ningún mal. Este es un gran don, esta certeza de que tengo un destino". (del libro "Lo mejor de Bill", Humildad: La humildad para hoy - Junio de 1961).
viernes, 17 de octubre de 2008
la humildad: una guia segura
Antes del Séptimo Paso tengamos en cuenta que:
"En el Séptimo Paso efectuamos el cambio de actitud que nos permite, guiados por la humildad, salir de nosotros mismos hacia los demás y hacia Dios. El Séptimo Paso pone todo su énfasis en la humildad. En realidad, nos dice que ahora debemos estar dispuestos a intentar conseguir, por medio de la humildad, la eliminación de nuestros defectos, al igual que hicimos cuando admitimos que éramos impotentes ante el alcohol y llegamos a creer que un Poder superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio. Si ese grado de humildad podía hacernos posible encontrar la gracia suficiente para desterrar tan mortal obsesión, entonces cabe esperar los mismos resultados respecto a cualquier problema que podamos tener". (Del libro 12 Pasos 12 Tradiciones; páginas 73-74; Séptimo Paso)
Lo anterior refleja la esencia del Séptimo Paso: liberarnos de nuestros defectos de carácter con el mismo "método" que utilizamos para librarnos de nuestra obsesión por el alcohol, y "recuperar el sano juicio". La humildad es una guía segura para este objetivo. Humildad para reconocer y aceptar nuestras debilidades y para mantenernos a distancia del orgullo espiritual y de la perfección imaginaria. El inventario continuo parece ser la herramienta más eficaz para detectar la rebeldía, la culpa y la soberbia que son las contracara de la humildad. Sobre el inventario y la humildad Bill W. escribió lo siguiente en el librito "Lo mejor de Bill, Humildad: La humildad para hoy":
"Naturalmente, es muy probable que nuestros primeros intentos de hacer un inventario de este tipo resulten poco realistas. Yo era el campeón del autoanálisis poco realista. Sólo quería considerar esos aspectos de mi vida que me parecían buenos, y luego exageraba las virtudes que creía haber logrado y me felicitaba por el magnífico trabajo que estaba haciendo. De este modo, este autoengaño inconsciente siempre servía para convertir mis pocos logros en graves impedimentos. Este fascinante proceso siempre era muy agradable, y generaba en mí una tremenda avidez de mayores "logros" y más aplausos. Estaba recayendo en las viejas costumbres de mis días de bebedor. Tenía las mismas metas de antaño: el poder, la fama y los aplausos. Además, podía valerme de la mejor excusa que se conoce: la excusa espiritual. Ya que tenía un verdadero objetivo espiritual, estas sandeces siempre me parecían apropiadas".
Un poco más adelante, Bill nos dice lo siguiente: "En aquel entonces, no me preocupaba mucho por esos aspectos de mi vida en los que me encontraba estancado. Siempre tenía la excusa: "Tengo otras cosas mucho más importantes a las que dedicarme". Con eso tenía la receta casi ideal para la comodidad y la autosatisfacción.
Pero en ocasiones, me veía simplemente obligado a considerar ciertas situaciones en las que, a primera vista, me estaba yendo muy mal. Enseguida surgía en mí una vehemente rebeldía y me lanzaba una frenética búsqueda de excusas. "Estos", me decía, "son los pecadillos de un hombre recto". Cuando este artilugio predilecto ya no me sirvió más, me decía: "Si esa gente me tratase bien, no tendría que comportarme así".
Más adelante, en el mismo texto, Bill continúa diciendo: "Cuando estas dificultades finalmente me dejaban agotado, todavía me quedaba otra escapatoria. Me sumía en la ciénaga de la culpabilidad. Allí la soberbia y la rebeldía cedían paso a la depresión. Aunque había numerosas variaciones, mi tema principal era, "¡Que mala persona soy!". Así como la soberbia me había hecho magnificar mis humildes logros, la culpabilidad me hacía exagerar mis defectos. Iba corriendo de un lado a otro, confesándolo todo (y mucho más) a quien me escuchara. Por extraño que parezca, creía que, al actuar así, estaba manifestando una gran humildad, que consideraba como mi única y última virtud y consolación".
"Al pasar por estos arranques de culpabilidad, nunca sentía la menor lástima por los daños que había causado, ni tenía ninguna intención auténtica de hacer las enmiendas que pudiera. Nunca se me ocurrió la idea de pedirle a Dios que me perdonara, y aún menos, de perdonarme a mí mismo. Huelga decir que mi principal defecto, la soberbia y la arrogancia espirituales, no era sometido a ningún análisis. Yo había tapado la luz que me hubiera permitido verlo".
Hasta aquí el co-fundador de A.A. nos alerta con detalle sobre la rebeldía, la culpa y la soberbia, y los describe como obstáculos (muchas veces inconscientes) que confundirán y anularan nuestra intención de liberarnos de nuestros defectos.
"En el Séptimo Paso efectuamos el cambio de actitud que nos permite, guiados por la humildad, salir de nosotros mismos hacia los demás y hacia Dios. El Séptimo Paso pone todo su énfasis en la humildad. En realidad, nos dice que ahora debemos estar dispuestos a intentar conseguir, por medio de la humildad, la eliminación de nuestros defectos, al igual que hicimos cuando admitimos que éramos impotentes ante el alcohol y llegamos a creer que un Poder superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio. Si ese grado de humildad podía hacernos posible encontrar la gracia suficiente para desterrar tan mortal obsesión, entonces cabe esperar los mismos resultados respecto a cualquier problema que podamos tener". (Del libro 12 Pasos 12 Tradiciones; páginas 73-74; Séptimo Paso)
Lo anterior refleja la esencia del Séptimo Paso: liberarnos de nuestros defectos de carácter con el mismo "método" que utilizamos para librarnos de nuestra obsesión por el alcohol, y "recuperar el sano juicio". La humildad es una guía segura para este objetivo. Humildad para reconocer y aceptar nuestras debilidades y para mantenernos a distancia del orgullo espiritual y de la perfección imaginaria. El inventario continuo parece ser la herramienta más eficaz para detectar la rebeldía, la culpa y la soberbia que son las contracara de la humildad. Sobre el inventario y la humildad Bill W. escribió lo siguiente en el librito "Lo mejor de Bill, Humildad: La humildad para hoy":
"Naturalmente, es muy probable que nuestros primeros intentos de hacer un inventario de este tipo resulten poco realistas. Yo era el campeón del autoanálisis poco realista. Sólo quería considerar esos aspectos de mi vida que me parecían buenos, y luego exageraba las virtudes que creía haber logrado y me felicitaba por el magnífico trabajo que estaba haciendo. De este modo, este autoengaño inconsciente siempre servía para convertir mis pocos logros en graves impedimentos. Este fascinante proceso siempre era muy agradable, y generaba en mí una tremenda avidez de mayores "logros" y más aplausos. Estaba recayendo en las viejas costumbres de mis días de bebedor. Tenía las mismas metas de antaño: el poder, la fama y los aplausos. Además, podía valerme de la mejor excusa que se conoce: la excusa espiritual. Ya que tenía un verdadero objetivo espiritual, estas sandeces siempre me parecían apropiadas".
Un poco más adelante, Bill nos dice lo siguiente: "En aquel entonces, no me preocupaba mucho por esos aspectos de mi vida en los que me encontraba estancado. Siempre tenía la excusa: "Tengo otras cosas mucho más importantes a las que dedicarme". Con eso tenía la receta casi ideal para la comodidad y la autosatisfacción.
Pero en ocasiones, me veía simplemente obligado a considerar ciertas situaciones en las que, a primera vista, me estaba yendo muy mal. Enseguida surgía en mí una vehemente rebeldía y me lanzaba una frenética búsqueda de excusas. "Estos", me decía, "son los pecadillos de un hombre recto". Cuando este artilugio predilecto ya no me sirvió más, me decía: "Si esa gente me tratase bien, no tendría que comportarme así".
Más adelante, en el mismo texto, Bill continúa diciendo: "Cuando estas dificultades finalmente me dejaban agotado, todavía me quedaba otra escapatoria. Me sumía en la ciénaga de la culpabilidad. Allí la soberbia y la rebeldía cedían paso a la depresión. Aunque había numerosas variaciones, mi tema principal era, "¡Que mala persona soy!". Así como la soberbia me había hecho magnificar mis humildes logros, la culpabilidad me hacía exagerar mis defectos. Iba corriendo de un lado a otro, confesándolo todo (y mucho más) a quien me escuchara. Por extraño que parezca, creía que, al actuar así, estaba manifestando una gran humildad, que consideraba como mi única y última virtud y consolación".
"Al pasar por estos arranques de culpabilidad, nunca sentía la menor lástima por los daños que había causado, ni tenía ninguna intención auténtica de hacer las enmiendas que pudiera. Nunca se me ocurrió la idea de pedirle a Dios que me perdonara, y aún menos, de perdonarme a mí mismo. Huelga decir que mi principal defecto, la soberbia y la arrogancia espirituales, no era sometido a ningún análisis. Yo había tapado la luz que me hubiera permitido verlo".
Hasta aquí el co-fundador de A.A. nos alerta con detalle sobre la rebeldía, la culpa y la soberbia, y los describe como obstáculos (muchas veces inconscientes) que confundirán y anularan nuestra intención de liberarnos de nuestros defectos.
jueves, 16 de octubre de 2008
humildad para hoy
No somos santos...
Antes de abordar el Séptimo Paso, veamos algunos comentarios de Bill W. sobre la humildad. Podemos darnos cuenta del énfasis que Bill pone para alertarnos de lo peligroso que puede ser el orgullo espiritual y la perfección imaginaria.
"Para nosotros los seres humanos la humildad absoluta es imposible. Lo mejor que podemos esperar es apenas vislumbrar el significado y esplendor de este perfecto ideal. Como dice nuestro libro Alcohólicos Anónimos: "No somos santos... lo que pretendemos es el progreso espiritual". Sólo Dios puede manifestarse en lo absoluto; los seres humanos tenemos que vivir y desarrollarnos en el ámbito de lo relativo. Aspiramos a conseguir la humildad para hoy.
Por lo tanto, nuestra pregunta es la siguiente: "¿Qué queremos decir exactamente con "humildad para hoy", y cómo sabemos que la hemos encontrado?"
Nadie tiene que recordarnos que la culpabilidad o la rebeldía excesivas conducen a la pobreza espiritual. Pero tardamos mucho en darnos cuenta de que el orgullo espiritual nos podría empobrecer aún más. Al vislumbrar por primera vez lo espiritualmente orgullosos que podíamos ser, los pionerose de A.A. acuñamos esta expresión: "¡No trates de ser perfecto para el jueves!" Esta vieja amonestación puede parecer una más de aquellas coartadas convenientes que sirven para dispensarnos de hacer el mejor esfuerzo posible. Pero una mirada más detenida nos revela justamente lo contrario. Esta es la forma en que los A.A. nos advierten del peligro de la ceguera del orgullo, y de las perfecciones imaginarias que no poseemos".
"Ahora que ya no frecuentamos más los bares y los burdeles, y que llevamos a casa nuestra paga; ahora que participamos activamente en A.A., y que la gente nos felicita por este progreso, naturalmente, empezamos a felicitarnos a nosotros mismos. Pero puede que todavía nos encontremos muy lejos de la humildad. Muy a menudo, aunque mis intenciones eran buenas, he actuado mal, diciendo o pensando: "Yo tengo razón y tú no la tienes"; "Mi plan es correcto, el tuyo equivocado"; "Gracias a Dios que tus pecados no son los míos"; "Estás perjudicando a A.A. y te voy a parar en seco"; "Cuento con la orientación de Dios, así que Dios está de mi lado". Y un sinfín de cosas similares".
"Lo alarmante de la ceguera del orgullo es la facilidad con la que se puede justificar. Pero no tenemos que buscar muy lejos para encontrar evidencia de que esta engañosa clase de autojustificación es lo que universalmente destruye la armonía y el amor. Es lo que enemista a una persona con su semejante, a una nación contra la otra. Valiéndonos de la autojustificación, podemos hacer que toda clase de locura y violencia parezca buena e incluso respetable. Huelga decir que no nos corresponde a nosotros condenar. Lo único que tenemos que hacer es examinarnos a nosotros mismos".
Más adelante Bill escribe: "... me enseña claramente que puedo lograr la "humildad para hoy" únicamente en la medida en que evite la ciénaga de la culpabilidad y la rebeldía, y esa hermosa pero engañosa tierra donde se hallan desparramadas las monedas de la soberbia. De esta manera, puedo encontrar y seguir andando por el Camino de la Humildad que se extiende entre una y otra. Por lo tanto, siempre es apropiado hacer un inventario que me pueda indicar que me he desviado del camino".
Hasta aquí Bill nos sugiere no perder de vista la culpabilidad, la rebeldía y la soberbia para no perder el rumbo hacia nuestro ideal de humildad; siempre enfocados en lograr una "mejoría gradual" con respecto a nuestros defectos de carácter, lejos de la perfección imaginaria.
(Del librito "Lo mejor de Bill" - Humildad: Humildad para hoy (junio 1961).
Antes de abordar el Séptimo Paso, veamos algunos comentarios de Bill W. sobre la humildad. Podemos darnos cuenta del énfasis que Bill pone para alertarnos de lo peligroso que puede ser el orgullo espiritual y la perfección imaginaria.
"Para nosotros los seres humanos la humildad absoluta es imposible. Lo mejor que podemos esperar es apenas vislumbrar el significado y esplendor de este perfecto ideal. Como dice nuestro libro Alcohólicos Anónimos: "No somos santos... lo que pretendemos es el progreso espiritual". Sólo Dios puede manifestarse en lo absoluto; los seres humanos tenemos que vivir y desarrollarnos en el ámbito de lo relativo. Aspiramos a conseguir la humildad para hoy.
Por lo tanto, nuestra pregunta es la siguiente: "¿Qué queremos decir exactamente con "humildad para hoy", y cómo sabemos que la hemos encontrado?"
Nadie tiene que recordarnos que la culpabilidad o la rebeldía excesivas conducen a la pobreza espiritual. Pero tardamos mucho en darnos cuenta de que el orgullo espiritual nos podría empobrecer aún más. Al vislumbrar por primera vez lo espiritualmente orgullosos que podíamos ser, los pionerose de A.A. acuñamos esta expresión: "¡No trates de ser perfecto para el jueves!" Esta vieja amonestación puede parecer una más de aquellas coartadas convenientes que sirven para dispensarnos de hacer el mejor esfuerzo posible. Pero una mirada más detenida nos revela justamente lo contrario. Esta es la forma en que los A.A. nos advierten del peligro de la ceguera del orgullo, y de las perfecciones imaginarias que no poseemos".
"Ahora que ya no frecuentamos más los bares y los burdeles, y que llevamos a casa nuestra paga; ahora que participamos activamente en A.A., y que la gente nos felicita por este progreso, naturalmente, empezamos a felicitarnos a nosotros mismos. Pero puede que todavía nos encontremos muy lejos de la humildad. Muy a menudo, aunque mis intenciones eran buenas, he actuado mal, diciendo o pensando: "Yo tengo razón y tú no la tienes"; "Mi plan es correcto, el tuyo equivocado"; "Gracias a Dios que tus pecados no son los míos"; "Estás perjudicando a A.A. y te voy a parar en seco"; "Cuento con la orientación de Dios, así que Dios está de mi lado". Y un sinfín de cosas similares".
"Lo alarmante de la ceguera del orgullo es la facilidad con la que se puede justificar. Pero no tenemos que buscar muy lejos para encontrar evidencia de que esta engañosa clase de autojustificación es lo que universalmente destruye la armonía y el amor. Es lo que enemista a una persona con su semejante, a una nación contra la otra. Valiéndonos de la autojustificación, podemos hacer que toda clase de locura y violencia parezca buena e incluso respetable. Huelga decir que no nos corresponde a nosotros condenar. Lo único que tenemos que hacer es examinarnos a nosotros mismos".
Más adelante Bill escribe: "... me enseña claramente que puedo lograr la "humildad para hoy" únicamente en la medida en que evite la ciénaga de la culpabilidad y la rebeldía, y esa hermosa pero engañosa tierra donde se hallan desparramadas las monedas de la soberbia. De esta manera, puedo encontrar y seguir andando por el Camino de la Humildad que se extiende entre una y otra. Por lo tanto, siempre es apropiado hacer un inventario que me pueda indicar que me he desviado del camino".
Hasta aquí Bill nos sugiere no perder de vista la culpabilidad, la rebeldía y la soberbia para no perder el rumbo hacia nuestro ideal de humildad; siempre enfocados en lograr una "mejoría gradual" con respecto a nuestros defectos de carácter, lejos de la perfección imaginaria.
(Del librito "Lo mejor de Bill" - Humildad: Humildad para hoy (junio 1961).
martes, 7 de octubre de 2008
test de alcoholismo
¿Tengo problemas con el alcohol? ¿Mi manera de beber no es normal?
Lo que sigue es un Test de 12 preguntas diseñadas y utilizadas por Alcohólicos Anónimos. Generalmente se le entrega al "recién llegado" para que a través de un cuestionario, pueda establecer que tipo de relación tiene con el alcohol. Tenga en cuenta que en dicho cuestionario está volcada la experiencia de miles de alcohólicos enfocados en la recuperación del alcoholismo a lo largo de más de setenta años. Es un elemento sumamente eficaz (si se lo utiliza con cierto grado de sinceridad) para romper la "negación".
En A.A. no decimos a nadie lo que tiene que hacer. Hablamos simplemente de nuestras experiencias con la bebida, los líos en que nos metimos y como logramos dejar de beber. Nos agradaría ayudarle si así lo desea.
SI - NO
3. ¿Ha cambiado de una clase de bebida a otra con objeto de evitar emborracharse?
Intentabamos multitud de trucos. Nos hacíamos bebidas suaves. Tomábamos solamente cerveza. No tomábamos cócteles. Bebíamos solamente los fines de semana. Todo lo que se pueda imaginar, ya lo hemos probado. Pero si tomábamos algo que contuviera alcohol, generalmente acabábamos por emborracharnos.
SI - NO
4. ¿Se ha tenido que tomar algún trago al levantarse por la mañana durante al año pasado? ¿Necesita un trago para ponerse en marcha, o para quitarse los temblores?
Esto es una indicación bastante segura de que usted no es un bebedor "social".
SI - NO
5. ¿Tiene envidia de las personas que pueden beber sin meterse en líos?
Casi todos nosotros nos hemos hemos preguntado alguna vez por qué no somos como la mayoría de la gente, que pueden realmente tomarlo o dejarlo.
SI - NO
6. ¿Ha tenido algún problema relacionado con la bebida durante el año pasado?
¡Sea sincero! Los médicos dicen que si se tiene un problema con el alcohol y se sigue bebiendo, el problema va a empeorar, nunca a mejorar. Al final, morirá, o acabará en una institución para pasar confinado lo que le quede de vida. La única esperanza está en dejar de beber.
SI - NO
7. ¿Ha causado su forma de beber dificultad en casa?
Antes de llegar a A.A. casi todos solíamos decir que lo que nos impulsaba a beber eran nuestros problemas familiares, o las personas con quienes vivíamos. No se nos ocurrió nunca que la bebida lo hacía todo cada vez peor, que nunca solucionó problema alguno.
SI - NO
8. ¿Trata usted de conseguir tragos "extras" en las fiestas, por temor de no tener suficiente?
La mayoría de nosotros solíamos tomarnos "unos cuantos" tragos antes de ir a una fiesta si creíamos que no nos iba a bastar la ración. Y si no nos servían con la suficiente rapidez, íbamos a otra parte para conseguir más.
SI - NO
9. ¿Persiste usted en decir que puede dejar de beber en el momento que quiera, a pesar de que sigue emborrachándose cuando no quiere?
Muchos de nosotros nos engañábamos, diciendo que bebíamos porque queríamos beber. Después de unirnos a A.A., llegamos a saber que una vez que empezábamos a beber, no podíamos parar.
SI - NO
10. ¿Ha faltado a su trabajo o a la escuela a causa de la bebida?
Muchos de nosotros ahora reconocemos que a menudo nos ausentábamos "por estar enfermos" cuando en realidad estábamos con resaca o borrachos.
SI - NO
11. ¿Ha tenido "laguna mentales"?
¿Ha pasado horas o días bebiendo sin poder acordarse de lo que hizo o qué le pasó? Al llegar a A.A. descubrimos que esa era una indicación bastante segura del alcoholismo.
SI - NO
12. ¿Ha pensado que llevaría una vida mejor mejor si no bebiera?
Muchos de nosotros empezamos a beber porque la bebida hacía que la vida nos pareciera más agradable, al menos por algún tiempo. Luego nos sentimos atrapados. Estábamos bebiendo para vivir y viviendo para beber. Estábamos hartos de estar hartos y recurrimos a A.A.
SI - NO
¿Cuál es el resultado?
¿Respondió SI a cuatro (4) o más preguntas?
De ser así es probable que tenga un problema con el alcohol. ¿Por qué decimos esto? Porque miles de miembros de A.A. lo han dicho durante muchos años. La dura experiencia les ha enseñado la verdad respecto a sí mismos. Pero repetimos que solamente usted puede decidir si le parece que A.A. le puede ser útil. Considérelo con mente abierta. Si responde afirmativamente, nos agradaría enseñarle cómo nosotros logramos dejar de beber. No tiene que hacer más que llamarnos.
"Reimpreso del folleto ¿Es AA para usted? con el permiso de AA World Services, Inc."
Lo que sigue es un Test de 12 preguntas diseñadas y utilizadas por Alcohólicos Anónimos. Generalmente se le entrega al "recién llegado" para que a través de un cuestionario, pueda establecer que tipo de relación tiene con el alcohol. Tenga en cuenta que en dicho cuestionario está volcada la experiencia de miles de alcohólicos enfocados en la recuperación del alcoholismo a lo largo de más de setenta años. Es un elemento sumamente eficaz (si se lo utiliza con cierto grado de sinceridad) para romper la "negación".
¿ES A.A. PARA USTED?
1. ¿Ha tratado alguna vez de dejar de beber durante unas semanas o más, sin haber podido cumplir el plazo?
La mayoría de los A.A. hicimos todo tipo de promesas a nosotros mismos y a nuestras familias. No pudimos cumplirlas. Luego llegamos a A.A. y A.A. nos dijo: Trate de no beber hoy (si no bebe hoy, hoy no se emborrachará).
SI - NO
2. ¿Le fastidian los consejos de otras personas en cuanto a su forma de beber; le gustaría que dejasen de entrometerse en sus asuntos?En A.A. no decimos a nadie lo que tiene que hacer. Hablamos simplemente de nuestras experiencias con la bebida, los líos en que nos metimos y como logramos dejar de beber. Nos agradaría ayudarle si así lo desea.
SI - NO
3. ¿Ha cambiado de una clase de bebida a otra con objeto de evitar emborracharse?
Intentabamos multitud de trucos. Nos hacíamos bebidas suaves. Tomábamos solamente cerveza. No tomábamos cócteles. Bebíamos solamente los fines de semana. Todo lo que se pueda imaginar, ya lo hemos probado. Pero si tomábamos algo que contuviera alcohol, generalmente acabábamos por emborracharnos.
SI - NO
4. ¿Se ha tenido que tomar algún trago al levantarse por la mañana durante al año pasado? ¿Necesita un trago para ponerse en marcha, o para quitarse los temblores?
Esto es una indicación bastante segura de que usted no es un bebedor "social".
SI - NO
5. ¿Tiene envidia de las personas que pueden beber sin meterse en líos?
Casi todos nosotros nos hemos hemos preguntado alguna vez por qué no somos como la mayoría de la gente, que pueden realmente tomarlo o dejarlo.
SI - NO
6. ¿Ha tenido algún problema relacionado con la bebida durante el año pasado?
¡Sea sincero! Los médicos dicen que si se tiene un problema con el alcohol y se sigue bebiendo, el problema va a empeorar, nunca a mejorar. Al final, morirá, o acabará en una institución para pasar confinado lo que le quede de vida. La única esperanza está en dejar de beber.
SI - NO
7. ¿Ha causado su forma de beber dificultad en casa?
Antes de llegar a A.A. casi todos solíamos decir que lo que nos impulsaba a beber eran nuestros problemas familiares, o las personas con quienes vivíamos. No se nos ocurrió nunca que la bebida lo hacía todo cada vez peor, que nunca solucionó problema alguno.
SI - NO
8. ¿Trata usted de conseguir tragos "extras" en las fiestas, por temor de no tener suficiente?
La mayoría de nosotros solíamos tomarnos "unos cuantos" tragos antes de ir a una fiesta si creíamos que no nos iba a bastar la ración. Y si no nos servían con la suficiente rapidez, íbamos a otra parte para conseguir más.
SI - NO
9. ¿Persiste usted en decir que puede dejar de beber en el momento que quiera, a pesar de que sigue emborrachándose cuando no quiere?
Muchos de nosotros nos engañábamos, diciendo que bebíamos porque queríamos beber. Después de unirnos a A.A., llegamos a saber que una vez que empezábamos a beber, no podíamos parar.
SI - NO
10. ¿Ha faltado a su trabajo o a la escuela a causa de la bebida?
Muchos de nosotros ahora reconocemos que a menudo nos ausentábamos "por estar enfermos" cuando en realidad estábamos con resaca o borrachos.
SI - NO
11. ¿Ha tenido "laguna mentales"?
¿Ha pasado horas o días bebiendo sin poder acordarse de lo que hizo o qué le pasó? Al llegar a A.A. descubrimos que esa era una indicación bastante segura del alcoholismo.
SI - NO
12. ¿Ha pensado que llevaría una vida mejor mejor si no bebiera?
Muchos de nosotros empezamos a beber porque la bebida hacía que la vida nos pareciera más agradable, al menos por algún tiempo. Luego nos sentimos atrapados. Estábamos bebiendo para vivir y viviendo para beber. Estábamos hartos de estar hartos y recurrimos a A.A.
SI - NO
¿Cuál es el resultado?
¿Respondió SI a cuatro (4) o más preguntas?
De ser así es probable que tenga un problema con el alcohol. ¿Por qué decimos esto? Porque miles de miembros de A.A. lo han dicho durante muchos años. La dura experiencia les ha enseñado la verdad respecto a sí mismos. Pero repetimos que solamente usted puede decidir si le parece que A.A. le puede ser útil. Considérelo con mente abierta. Si responde afirmativamente, nos agradaría enseñarle cómo nosotros logramos dejar de beber. No tiene que hacer más que llamarnos.
"Reimpreso del folleto ¿Es AA para usted? con el permiso de AA World Services, Inc."
domingo, 5 de octubre de 2008
encontrando serenidad
A pedido de algunos de ustedes retomo este post que puede resultar útil para alcanzar cierto estado de serenidad.
Escribe tus preocupaciones
Los terapeutas aseguran que los problemas pierden peso cuando son plasmados en una hoja de papel, como si perdieran con el transvase parte de su gravedad. Ten a mano un diario, libreta o cuaderno y descarga en él todas tus preocupaciones.
"LA HISTORIA AFLORA EN EL INCONSCIENTE"
Dorothea Brande
Ríete de todo
... especialmente de ti mismo. Las personas que se toman demasiado en serio son más propensas a padecer ansiedad. La risa en cambio, reduce la hormona del estrés, baja la presión sanguínea y destensa los músculos. Y, además, es un tranquilizante ¡sin efectos secundarios!
"DIOS ES UN COMEDIANTE QUE ACTUA ANTE UNA AUDIENCIA QUE TIENE MIEDO DE REIR"
Voltaire
Escribe tus preocupaciones
Los terapeutas aseguran que los problemas pierden peso cuando son plasmados en una hoja de papel, como si perdieran con el transvase parte de su gravedad. Ten a mano un diario, libreta o cuaderno y descarga en él todas tus preocupaciones.
"LA HISTORIA AFLORA EN EL INCONSCIENTE"
Dorothea Brande
Ríete de todo
... especialmente de ti mismo. Las personas que se toman demasiado en serio son más propensas a padecer ansiedad. La risa en cambio, reduce la hormona del estrés, baja la presión sanguínea y destensa los músculos. Y, además, es un tranquilizante ¡sin efectos secundarios!
"DIOS ES UN COMEDIANTE QUE ACTUA ANTE UNA AUDIENCIA QUE TIENE MIEDO DE REIR"
Voltaire
viernes, 3 de octubre de 2008
Sexto Paso: mejoría gradual
"Por lo tanto, el sexto Paso: "Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios nos libere de nuestros defectos", es la forma en que A.A. expone la mejor actitud posible que se puede tomar para dar comienzo en este trabajo de toda la vida. No significa que esperemos ver desaparecer todos nuestros defectos de carácter como desapareció nuestra obsesión por beber. Puede que algunos desaparezcan, pero en cuanto a la mayoría de ellos, tendremos que contentarnos con una mejoría gradual. Las palabras claves "enteramente dispuestos" subrayan de que queremos aspirar a lo mejor que conozcamos o que podamos llegar a conocer". (Libro 12 Pasos 12 Tradiciones, pag. 62 - Sexto Paso).
En el párrafo anterior se nos sugiere estar enteramente dispuestos para liberarnos de nuestros defectos de carácter. Esta disposición para hacer lo mejor que podamos es el impulso que nos llevará a liberarnos de nuestros defectos de carácter. Se nos habla de "mejoría gradual" y no de convertirnos en santos para el próximo jueves.
Creo que esta disposición para cambiar tendría que ser una elección personal y no un deber impuesto. Es muy diferente decir "elijo cambiar" a "debo cambiar o tengo que cambiar". Si emprendes este Paso por que te sientes obligado, jamás estarás "enteramente dispuesto" a liberarte de tus debilidades.
En la página 65 del libro 12/12 podemos leer: "Muchos se preguntarán enseguida, "¿Cómo podemos aceptar todas las implicaciones del Sexto Paso? Pues ¡esto es la perfección!" Esta parece ser una pregunta difícil de contestar, pero en la práctica no lo es. Solamente el Primer Paso, en el que admitimos sin reservas alguna que éramos impotentes ante el alcohol, se puede practicar con perfección absoluta. Los once Pasos restantes exponen ideales perfectos. Son metas que aspiramos alcanzar, y patrones con los que medimos nuestro progreso. Visto así, el Sexto Paso sigue siendo difícil pero no imposible. La única cosa urgente es que comencemos y sigamos intentándolo.
Si esperamos poder valernos de este Paso para solucionar problemas distintos del alcohol, tendremos que hacer un nuevo intento para ampliar nuestra mente. Tendremos que levantar nuestra mirada hacia la perfección y estar dispuestos a encaminarnos en esa dirección. Poco importará lo vacilante que caminemos. La única pregunta que tendremos que hacernos es, "¿Estamos dispuestos?"
¿Estamos dispuestos? Si nos encaminamos hacia nuestros ideales de conducta por decisión propia, tengamos en cuenta que habrá muchos momentos en los que estaremos muy lejos de nuestro objetivo. No nos desanimemos y continuemos haciendo con mente abierta "lo máximo que podemos".
Si fallas en tu disposición de ser liberado de tus defectos, o si al medir tu progreso te das cuenta que avanzaste muy poco o casi nada, no te juzgues e intentalo otra vez. Convoca a tu Poder superior para que te oriente y guíe, pide inspiración y podrás lograrlo. Para terminar quiero decirte que los cambios llegan a través del amor hacia uno mismo, no esperes a cambiar para aceptarte y amarte.
En el párrafo anterior se nos sugiere estar enteramente dispuestos para liberarnos de nuestros defectos de carácter. Esta disposición para hacer lo mejor que podamos es el impulso que nos llevará a liberarnos de nuestros defectos de carácter. Se nos habla de "mejoría gradual" y no de convertirnos en santos para el próximo jueves.
Creo que esta disposición para cambiar tendría que ser una elección personal y no un deber impuesto. Es muy diferente decir "elijo cambiar" a "debo cambiar o tengo que cambiar". Si emprendes este Paso por que te sientes obligado, jamás estarás "enteramente dispuesto" a liberarte de tus debilidades.
En la página 65 del libro 12/12 podemos leer: "Muchos se preguntarán enseguida, "¿Cómo podemos aceptar todas las implicaciones del Sexto Paso? Pues ¡esto es la perfección!" Esta parece ser una pregunta difícil de contestar, pero en la práctica no lo es. Solamente el Primer Paso, en el que admitimos sin reservas alguna que éramos impotentes ante el alcohol, se puede practicar con perfección absoluta. Los once Pasos restantes exponen ideales perfectos. Son metas que aspiramos alcanzar, y patrones con los que medimos nuestro progreso. Visto así, el Sexto Paso sigue siendo difícil pero no imposible. La única cosa urgente es que comencemos y sigamos intentándolo.
Si esperamos poder valernos de este Paso para solucionar problemas distintos del alcohol, tendremos que hacer un nuevo intento para ampliar nuestra mente. Tendremos que levantar nuestra mirada hacia la perfección y estar dispuestos a encaminarnos en esa dirección. Poco importará lo vacilante que caminemos. La única pregunta que tendremos que hacernos es, "¿Estamos dispuestos?"
¿Estamos dispuestos? Si nos encaminamos hacia nuestros ideales de conducta por decisión propia, tengamos en cuenta que habrá muchos momentos en los que estaremos muy lejos de nuestro objetivo. No nos desanimemos y continuemos haciendo con mente abierta "lo máximo que podemos".
Si fallas en tu disposición de ser liberado de tus defectos, o si al medir tu progreso te das cuenta que avanzaste muy poco o casi nada, no te juzgues e intentalo otra vez. Convoca a tu Poder superior para que te oriente y guíe, pide inspiración y podrás lograrlo. Para terminar quiero decirte que los cambios llegan a través del amor hacia uno mismo, no esperes a cambiar para aceptarte y amarte.
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